Según la teoría triangular de Robert Sternberg🔺, apoyada y utilizada por muchxs teóricxs aun a día de hoy, el amor en las relaciones interpersonales tendría tres componentes:
- Intimidad: el afecto hacia otra persona que surge de los sentimientos de cercanía, implica el deseo de dar, recibir, compartir, etc.
- Pasión: estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades, gran deseo sexual o romántico acompañado de excitación psicológica.
- Compromiso: la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor
Siempre he considerado que esta teoría es un poco reduccionista, seguramente porque se formuló pensando en el amor de pareja romántica-sexo-afectiva💏. Yo añadiría componentes no explícitamente integrados en los tres anteriores y que también pueden aparecer en nuestrxs “amores”, como por ejemplo:
- la preocupación por la otra persona
- la atracción estética
- la construcción del “nosotrxs”
- la sensación fisiológica de enamoramiento
- la voluntad de metas comunes…
Pero atendiendo puramente a los tres componentes de Sternberg y desde una mirada anarco-relacional, podemos asumir que cada uno de los vínculos que consideramos importantes en nuestra vida, tiene con una muy alta probabilidad 1, 2 o incluso los 3 elementos en mayor o menor medida.
Desde la anarquía relacional, y eliminando por supuesto el sesgo alosexual, puede ser igual de válido el amor que sientes por tu hermano, con el que compartes un alto grado de INTIMIDAD y un fuerte COMPROMISO, que el que tienes con Anna a quién acabas de conocer hace unos meses pero con quien la conexión aparece en niveles desbordados y el bello se te eriza con solo susurrarte al oído (INTIMIDAD Y PASIÓN). Esos vínculos no tienen por qué tener más valor para ti que el que tienes con Esteban, con quién convives desde hace un par de años y con quién tienes unos niveles equilibrados tanto de INTIMIDAD como de PASIÓN y COMPROMISO.
¡Ojo! ⚠ Aunque la gráfica puede dar pie a ello, no pensemos que es una forma de ordenar a personas jerárquicamente en cuanto a su importancia en mi vida, sino a darnos cuenta de que cada vínculo nos puede aportar en distinta medida elementos básicos en nuestra red afectiva.
Ser conscientes de esta realidad, puede ayudar aponer a nuestra red en un lugar más protagonista que el que se le asigna socialmente en cuanto aparece “nuestra pareja”, la cual tiene que colmar todas nuestras necesidades y suplir el espacio y tiempo que con anterioridad ocupaban amigxs, familiares, conocidxs y demás etiquetadxs sociales.
¿Os habéis planteado alguna vez cuáles son los ingredientes básicos del amor para vosotrxs?