No es la primera vez que oís eso de “estar monógamx”, ¿verdad? Aun con aspectos comunes, la palabra poliamor tiene un significado diferente para cada persona. Unos lo sienten como filosofía de vida y se muestran totalmente identificados con la etiqueta; otras piensan que es una práctica que puede ir variando de forma y contenido en el tiempo; también existen personas que ponen el foco en la parte política/activista del poliamor; en la mayoría de publicaciones académicas lo consideran orientación sexual; y como tiene que haber de todo en la viña del Señoro, incluso hay quienes dándole igual si es orientación, personalidad, política, filosofía o el meme del día, simplemente se apropian del término para fortalecer aún más las conductas tóxicas hegemónicas☣.
En psicología de la personalidad se habla también de los conceptos “estado” para características que se muestran como algo temporal y “rasgo” como atributos que tienden a mantenerse en el tiempo. Teniendo en cuenta esto, creo que todxs nos hemos cruzado en algún momento con personas que se han sentido y manifestado como poliamorxs, pero que no ha sido más que un estado temporal prácticamente normativo entre cada pareja de la monogamia seriada.
Pero retomando de nuevo el concepto de orientación, ¿qué ventajas tendría para el colectivo que el poliamor estuviese considerado como una orientación más?
La “orientación sexual” es un término relativamente nuevo (finales del S.XIX), ya que antes de eso el sexo era una serie de actos que las personas hacían, no algo que les definiese o que les caracterizase como colectivo.
Muchxs autorxs argumentan que el poliamor debería definirse como una orientación sexual porque está sobradamente integrado en la vida de las personas poliamorosas, que estas personas establecen una identidad a su alrededor y que incluso pueden sentirse en ocasiones discriminadxs por ello.
Pero el hecho de que el poliamor sea o no una orientación, va mucho más allá de aspectos filosóficos o etimológicos. Puesto que hasta el momento hay muy pocas políticas que tengan en cuenta en lo más mínimo la diversidad relacional, si entendemos el poliamor como una orientación sexual, las personas poliamorosas podrían tener cabida en aquellas acciones, tanto políticas como legales, que protegen al colectivo LGTBIAQ+ contra todo tipo de discriminaciones y velan por su bienestar💗 🧡💛💚💙💜. De hecho, estos dos colectivos llevan años luchando codo con codo, e interaccionando de manera transversal, ya que una gran parte de quienes se consideran poliamorosxs forman también parte de alguna de las siglas nombradas.
Algunxs de mis pacientes/clientxs han hecho alusión de uno u otro modo a estos aspectos, y me gustaría recoger los comentarios que más representativos me han parecido, bien por frecuentes o bien por graciosos:
- La monogamia para mí es como un corsé que es dos tallas más pequeña que la mía, me lo puedo poner para un ratito, pero la inercia va a ser quitármelo en cuanto pueda.
- Mientras actué como monógamo nunca pude tener una relación ética y me sentía realmente incómodo porque me resultaba imposible no mentir a mis parejas. Era superior a mí, pero no sabía que otra forma de relacionarse era posible.
- Yo siempre he tenido una “orientación polivalente”, desde pequeñita en el cole ya decía que tenía 6 o 7 novios (aunque no todos ellos sabían que lo eran). Cuando jugaba a mamás y a papás, jugaba a eso mismo, mamaS y papaS, nunca representaba necesariamente esas figuras singularizadas.
- Las etiquetas siempre me han ido ayudando a averiguar más sobre mi forma de relacionarme, por tanto el SER esto o lo otro, cuando se trataba de relaciones alternativas, siempre me ha aportado cierta tranquilidad al saber que no estoy sola, y no solo sentimiento de pertenencia, sino también por normalización de mis pensamientos.
- Puedo comportarme de manera monógama un tiempo por motivos determinados, pero siempre teniendo en cuenta la libertad individual y la responsabilidad afectiva como banderas.
Y para ti, ¿es el poliamor una orientación?
